22 febrero 2008

Gatos y Palomas

Ayer desperté con Gatos y Palomas. Con restos de sueños en los ojos y la televisión apagada -como siempre- Desayuno en casa: unas tostadas de pan Bimbo con mantequilla y leche con Colacao, aquí se puede hacer publicidad, claro. Una ducha rápida y caliente, también en casa -todavía no tengo suficiente confianza con los vecinos- Salí a la calle con mi música a cuestas, la bufanda al cuello y las manos en los bolsillos para evitar al incesante frío. Esquibando todo frente a mi paso: abuelas con barras de pan caliente en sus bolsas, adolescentes fumando a la puerta de la academia, repartidores de comestibles -leche, bollería fresca, refrescos con y sin...- madres con sus hijos a la entrada de la escuela, hojas cayendo, cometas, autobuses y hasta un tren de alta velocidad -un tal AVE- que parece ser ya llegó a la ciudad, qué pesadez!
Esta vez, me llené de luz en el primer paseo del día. Alimentándome con el olor de las cafeterías, con el calor de un astro en el despejado cielo. Adoquines mojados y algo de frío en el ambiente. Caminé sin rumbo fijo, siguiendo a mis pasos sin dudarlo. Deteniéndome en los quioscos -como siempre- para ver las portadas de la vida, los dvd's de cine clásico en oferta... Por un momento imaginé ser Gene Kelly pero como no llovía lo olvidé al poco tiempo. Arropado en un anhelo, en un suspiro. Despertar al despertar, de nuevo en el ayer. Sumido en el tiempo, entre las flores, con Gatos y Palomas.

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