02 septiembre 2005

Susúrrame al oído


Sopla el viento
con fuerza
sobre nuestras siluetas
casi desdibujándolas...

Sopla el viento
enardecido y fogoso,
febril e impetuoso
nos deja sin habla...

Tan solo me basta un susurro
para seguir tus pasos
y no perderte de nuevo
mas si lo hago, que sea en el mar
donde las sirenas duermen
plácidas y los delfines bromean
con los corales...

Empuja más y más fuerte,
maldito viento,
precipitado, veloz, cortante y afilado
como una guillotina en la ejecución,
ya no hay escapatoria...

Empuja todavía... más fuerte...

Maldito seas, cruel y despiadado,
se nos agota el tiempo soñado,
implacable, empedernido,
cual reloj de arena consumido...

Me aferro a ti en el camino,
ya lo hicieron amo y escudero,
desde aquí la orilla, nuestro destino...

Mar de oro, mar de plata,
no quedan ya tesoros,
se los llevó ayer el pirata...

Lágrima salada, lágrima dorada,
yo te prefiero dulce,
locamente enamorada...

Ya no hay escapatoria, maldito seas!
No quisiera perderte, no más...
tan solo me basta un susurro,
tan solo una mirada...

La suerte ya está echada,
está sonando la triste balada...

Te fuíste amada mía, lo presentía
y tan solo te tuve un día...

Maldito seas, viento traidor,
si una vez fuímos amigos,
ahora te odio, te rechazo y te maldigo...

Ni el mar, ni las espadas,
podrán sanar este dolor,
ni los duendes ni las hadas,
harán que regrese mi amor...

Solo sin su susurro,
solo sin su mirada,
estar sin ella, es como no tener nada...

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